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Espacios históricos

La Fundación de Antezana cuenta con una localización privilegiada en el centro de Alcalá de Henares, en plena Calle Mayor. Un edificio lleno de sorprendentes espacios históricos de estilo gótico-mudéjar, con patio de dos alturas y galería en planta principal, hoy en día renovado y magníficamente restaurado.

Fachada principal y alero

La fachada principal muestra un diseño de estilo neogótico, obra del arquitecto Martín Pastells del año 1904. En ella se sitúa un templete con una imagen de Nuestra Señora de la Misericordia y dos grandes puertas: una de entrada al antiguo hospital, con alfiz quebrado neomudéjar, y otra, en arco de mediopunto, de entrada a la iglesia.

En la parte superior se sitúan seis vanos, dos de ellos en forma de balcón y con decoración neogótica, y cuatro decorados con alfiz neomudéjar.

Cubriendo la gran fachada a la calle Mayor sobresale un magnífico alero mudéjar del siglo XV, ejemplo de una arquitectura palaciega que se desarrolló a través de elementos tipológicos de tradición hispano musulmana.

En la parte superior, una espadaña tradicional del siglo XVII con campana.

Fachada principal y alero

Zaguán de entrada

El gran espacio del zaguán de entrada se cubre con armadura de madera del siglo XVIII. Frente a la entrada, en la parte superior, se sitúa un escudo barroco sobre tabla de la Fundación  de Antezana. Las placas conmemorativas que se pueden ver en los muros del zaguán se colocaron una en 1954 como homenaje a los fundadores y otra en 1983 en recuerdo del V Centenario de la fundación del antiguo hospital.

En el corredor abierto que da acceso al patio del edificio, con viguería y ladrillo visto, se conserva la piedra de la Fuente de Nuestra Señora de la Misericordia (siglo XVII) que se sitúo dando servicio a un caño de agua al fondo del corredor, donde hoy se encuentra una puerta de servicio.

En este espacio se conserva una interesante columna renacentista con escudo en el capitel dividido en dos: uno corresponde al apellido Antezana y el otro al apellido Guzmán.

Zaguán de entrada

Entrada al patio

La entrada al patio se realiza a través del acceso habilitado, posiblemente en el siglo XVII, a través de una antigua estancia del edificio. 

Tras la pasada restauración, se ha querido mostrar la continuidad del alfarje original entre este espacio y la estancia que se encuentra a la izquierda mediante una estructura de cristal. 

También podemos ver una primitiva ventana de la estancia y la estructura del muro a base de bloques de adobe.

Entrada al patio

Patio

Popular, castellano, responde a una tipología propia del siglo XV, donde se mezclan el uso de la zapata, pie derecho y balaustres de madera con elementos arquitectónicos propios del mudéjar, como los pilares enfoscados en yeso.

Sobre el brocal del pozo de estilo gótico (siglo XV), se sitúa la garrucha y, sobre el arco de hierro, una cruz jesuítica que alude a la estancia en el antiguo hospital de Ignacio de Loyola en 1526.

 

Patio Fundación Antezana
Escaleras patio Fundación Antezana

La escalera responde a la necesidad de comunicar las plantas desde el patio a partir de la construcción de la iglesia en el siglo XVII. Bajo la misma, se ha encontrado parte del solado original a base de cantos rodados decorados en espiga.

La crujía sur del patio tuvo balconada abierta hasta que fue cegada por orden de los fundadores del antiguo hospital, que ocuparon esta zona del edificio hasta su muerte.

 

Subida a planta primera

Durante la restauración aparecieron restos de pinturas murales de tipo arquitectónico que muestran la histórica tradición de pintar las paredes de este tipo de edificios señoriales.

También han aparecido restos de una antigua leyenda que rodeaba el patio. El techo mudéjar o alfarje conserva en parte su policromía con decoración geométrica y los escudos de don Luis de Antezana (ajedrezado en blanco y negro) y de doña Isabel de Guzmán (dos calderos).

Primera planta

Estancias de Ignacio de Loyola

El espíritu ignaciano ha sido siempre tan importante en el antiguo hospital que la habitación del santo fue transformada en capilla por la Compañía de Jesús en el siglo XVII. La habitación propiamente dicha, situada junto a la antigua cocina, se pueda visitar y es sorprendente ver dentro de ella una cúpula barroca.

Cocina: Es una cocina tradicional castellana, con chimenea de tiro bajo. Desde la cocina se accede a una despensa, lugar donde guardar alimentos y todo lo necesario para cocinar.

En la cocina se abre un armario o fresquera, situado en el antiguo pasillo de acceso a la habitación donde residía el cocinero. Se conservan elementos como un cántaro, un serijo, una mesa con cruz de madera y diferentes elementos tradicionales propios de este tipo de estancias.

La silla de madera de un solo tronco es obra, según la tradición o la leyenda, del propio Ignacio: era donde se sentaba para cocinar.

Habitación. Nos olvidamos por un momento de lo que estamos viendo e imaginamos una habitación muy humilde, con una cama, una mesa, una silla …

Cocina de San Ignacio
Habitación cúpula estancias de San Ignacio de Loyola

Tras su paso por Alcalá de Henares, Ignacio se dirige a Salamanca, para después ir a Paris, y luego a  Roma, donde, en 1534, funda la Compañía de Jesús. Ignacio de Loyola muere en Roma en 1556.

Tras la canonización de san Ignacio de Loyola en 1622, se extendió su culto, sobre todo en los lugares por donde pasó. El antiguo Hospital de Antezana no fue una excepción.  La habitación del cocinero se convirtió en una pequeña capilla oratorio en honor al santo. De esta época se conservan en una pared restos de una leyenda relativa a san Ignacio. 

Más tarde, a finales del siglo XVII, la capilla fue reconstruida con formas propias del Barroco. Esta transformación mantuvo las paredes y la puerta de entrada a la primitiva habitación, aunque tabicada. 

La cúpula de la nueva capilla, con entrada desde la iglesia del antiguo hospital, se situó literalmente en el interior de la antigua estancia donde residió san Ignacio. Un relicario donde guardar la cúpula. Coronando la capilla, una linterna da luz al conjunto.

Jardín interior

El jardín del palacio de don Luis de Antezana y doña Isabel de Guzmán ha pasado por diferentes usos, adaptándose a las necesidades del antiguo hospital. En este lugar se situó el jardín del boticario, fundamental para la atención de los enfermos en el Hospital de Antazana desde el siglo XVI. A partir de principios del siglo XX,  en este lugar se construye una ampliación debida al arquitecto Martín Pastells.

En la actualidad, tras la última restauración, es un remanso de paz desde donde contemplar los interiores de la medieval calle Mayor de Alcalá de Henares.

Se conserva la que parece ser una antigua puerta a un posible adarve a la calle Mayor, un pozo y una antigua pila de lavar. 

Antiguo jardín del palacio

Sala de Caballeros

Esta antigua estancia palaciega es hoy el lugar de reunión del Patronato de la la Fundación de Antezana.

Conserva un bello arfarje mudéjar en madera, decorado con formas vegetales y geométricas. En los aliceres podemos apreciar bellos escudos relacionados con los fundadores y con la institución.

La sala contó con mayor amplitud, como demuestra la prolongación del alfarje original en la habitación contigua (utilizada actualmente como entrada a la Residencia de Mayores Antezana). A finales del siglo XIX o principios del XX, se habilitó el paso al jardín interior mediante un arco de ladrillo, dividiendo en dos la estancia.

La Fundación de Antezana conserva en sus habitaciones de uso privado una rica colección pictórica, así como diferentes recuerdos históricos y documentales.

Sala de Caballeros

Iglesia y capilla de san Ignacio de Loyola

De nuevo en la calle Mayor, un arco de piedra, construido en 1576, nos da entrada a la Iglesia del hospital.

La iglesia, de claro gusto barroco (principios del siglo XIX), posee una cúpula encamonada y una bóveda de cañón. Conserva elementos de su primera edificación, como un bello artesonado mudéjar del siglo XV cubierto en el siglo XIX por una bóveda de yeso.

A los pies del templo podemos contemplar un gran cuadro, pintado en 1658 por Pedro de Valpuesta, en el que se representa a san Ignacio en el centro y a su alrededor, a modo de viñetas, escenas de milagros del santo durante su estancia en el hospital.

De entre los lienzos de la capilla también destaca un San Juan Bautista, obra atribuida a Herrera Barnuevo.

Iglesia y capilla de San Ignacio de Loyola

La capilla de san Ignacio, de finales del siglo XVII, se cubre con una bella cúpula sobre pechinas que, como veíamos al hablar de las estancias del santo, se encuentra dentro de la habitación donde vivió. En el retablo podemos admirar un bello cuadro  de Diego González de la Vega, de 1669, con la imagen de san Ignacio.

Del conjunto de obras de arte que se sitúan en el templo, sobresale la talla de Nuestra Señora de la Misericordia, obra con toda probabilidad del taller de Martínez Montañés (hacia 1609).

Está policromada de manera magistral, hasta el punto de no haber sufrido prácticamente retoques en los casi cuatro siglos que han pasado por ella. Aparece en el retablo principal, de formas neoclásicas, tranquila y guapa, jugueteando con el Niño en su regazo e incitándonos a mirarla y a contemplar su rostro.

En las recientes obras de restauración, se ha descubierto el arco de piedra de la puerta original de entrada a la casa palacio Antezana-Guzmán, que se ha recuperado e integrado en el templo.

También se ha recuperdo una hornacina con policromía en azul que se encontraba oculta en el muro sur de la iglesia, junto al también descubierto arco de piedra, y la parte vertical de una antigua pila de agua bendita. 

En la iglesia se encuentran enterrados los fundadores del antiguo hospital, don Luis de Antezana y su esposa doña Isabel de Guzmán.